El ICSI es una técnica de reproducción asistida que suele utilizarse cuando existen problemas graves de esterilidad, especialmente cuando hablamos de infertilidad masculina, ya que para llevarla a cabo no es necesario que el espermatozoide se mueva. Se elige al mejor espermatozoide y se introduce en el interior de una microaguja para después depositarlo en el interior del óvulo. Indicado en casos en los que la calidad del semen o de los espermatozoides no es la adecuada para lograr un embarazo natural y en los que la fecundación in vitro no ha dado resultados positivos.
¿Cuáles son los pasos del ICSI?
Los pasos a seguir son los mismos que para la fecundación in vitro convencional, con la diferencia de que los óvulos son fecundados de manera artificial y con un micromanipulador.
- Estimulación ovárica controlada: mediante fármacos indicados para ello se procede a la estimulación del ovario con el objetivo de tener pleno control sobre l vida del óvulo y su trayectoria.
- Punción ovárica: el óvulo se extrae cuando está justo en su punto de maduración para ser fecundado y gestar el embrión.
- Recogida y preparación del semen: deben realizarse los análisis oportunos para que la muestra de semen tenga la máxima calidad que sea posible.
- Inseminación de los óvulos: el espermatozoide se introduce en el óvulo con el fin de fecundarlo y comenzar el desarrollo embrionario.
- Cultivo de embriones: esta fase consiste en la elección del mejor embrión para transferirlo al útero materno. Por eso es importante observar la evolución de los óvulos fecundados para escoger los mejores.
- Transferencia de embriones: después del cultivo de embriones, se determina el número de embriones a interferir y se depositan en el útero mediante un catéter. Se trata de una técnica muy sencilla que dura unos pocos minutos.
- Congelación de embriones: la congelación solamente se lleva a cabo con los embriones de máxima calidad, con el fin de conservarlos para poder usarlos si no se logra el embarazo y se debe repetir el procedimiento.
- El porcentaje de éxito de esta técnica puede variar mucho en función de cada pareja, especialmente si se tiene en cuenta la edad del paciente, pero generalmente las mujeres menores de 35 años tienen un 40% posibilidades de concebir sin tener que volver a repetir el proceso. A partir de esta edad, las probabilidades se reducen.
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