La congelación de semen es un procedimiento que se realiza con el objetivo de preservar la fertilidad masculina. Se conserva una muestra seminal con el objetivo de utilizarla en el futuro en un tratamiento de fertilidad. La muestra puede conservarse en nitrógeno líquido por tiempo indefinido sin que esto afecte a sus propiedades. Pero para ello es importante que los espermatozoides sean protegidos con un medio crioprotector.
La congelación de semen está indicada en aquellos casos en los que, por razones médicas, el hombre deba ser sometido a tratamientos que puedan dejarlo estéril; en tratamientos de fecundación in vitro; cuando la fertilidad del hombre esté en peligro debido a un deterioro progresivo de la calidad de sus espermatozoides; y cuando los recuentos espermáticos son muy bajos, lo que requiere de una acumulación de espermatozoides procedentes de distintos eyaculados. El proceso engloba diferentes fases.
1. Obtención de la muestra
Para garantizar la calidad de la muestra y que ésta es adecuada para su posterior fecundación, es necesario que el paciente no tenga sexo durante al menos 3 días, que solamente haya transcurrido una hora y media desde la obtención de la misma, que sea recogida en un vaso esterilizado y que lo cierre bien.
2. Análisis de la muestra
La muestra es analizada en el laboratorio para determinar que cuenta con la calidad suficiente para poder ser congelada y utilizada en un proceso de reproducción asistida en el futuro. De lo contrario, será descartada y será necesaria una nueva obtención.
3. Congelación de la muestra
Si es válida, la muestra se guarda en el banco de semen para ser congelada. Se añade un medio crioprotector y se congela mediante vapores de nitrógeno líquido a una temperatura de -196 grados centígrados. Por supuesto, perfectamente identificada para ser utilizada cuando sea necesario.